INNOVADORES | Restauración
Patxi Arostegi | Bilbao
Las catedrales de las ciudades al igual que sucede a las personas son seres vivos que sufren el paso del tiempo con fisuras y grietas en sus cimientos. Los proyectos de rehabilitación que diseñan las instituciones aspiran a hallar la receta que asegure el mantenimiento de estos edificios centenarios.
Pero, ¿Cómo se puede controlar de una manera precisa los parámetros que provocan daños en las estructuras? LaFundación Catedral de Santa María de Vitoria dispone de un sistema de monitorización on line que permite controlar los movimentos causantes del deterioro del edificio con una precisa sensorización de puntos estratégicos.
Los datos recogidos por la veintena de sensores electrónicos distribuidos en los puntos estratégicos del edificio. Dispositivos que permiten conocer con máxima precisión y exactitud los parámetros clave que afectan a la composición de los cimientos, desde la temperatura de las columnas al grado de profundidad de las grietas hasta la inclinación precisa que experimentan las paredes y columnas de esta catedral milenaria.
El proyecto germinó en el año 2000, cuando los responsables de la rehabilitación de la Catedral de Santa María, ubicada en pleno corazón del Casco Viejo de Vitoria, vislumbraron la necesidad de “vigilar” el deterioro y las fisuras que habían aparecido en la estructura de este histórico edificio sacro, tras su primera restauración realizada en la década de los sesenta. “A partir de esta primera actuación que se aplicó a la bóveda y paredes, aparecieron grietas provocadas por estos movimentos que ponían en peligro el esqueleto de la catedral e incluso, podian producir desprendimientos de los materiales”, explica, Juan Ignacio Lasagabaster, director de la Fundación Catedral de Santa María.
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“Instalamos un medidor en cada punto crítico para poder monitorizarlos después en nuestros ordenadores que nos pudiera ofrecer una representación fiel de la situación real de cada lugar del edificio”.
En la práctica cada medidor lleva a cabo una lectura pormenorizada de la pared a través de un sistema de impulsos eléctricos que transforman, a su vez, las variables detectadas en los pilares para enviarlas después on line a un ordenador central ubicado en las oficinas de la Fundación.
Este sistema computa inmediatamente la información transmitida por los dispositivos en una base de datos que recoge la fecha, hora y el valor excato obtenido por el sensor.
“Controlan cada una de las modificaciones que sufren las paredes del edificio ofreciendo los datos en tiempo real”, detalla Iñaki Koroso, responsable del proyecto.
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